Varios analistas sostienen que la creación de la ULFA aumentará la incertidumbre política en el país, que vive un clima tenso desde noviembre de 2003 cuando Kumaratunga suspendió el parlamento por dos semanas y destituyó a dos ministros, como señal de rechazo a la forma en que Wickremesinghe estava manejando el proceso de paz con los tigres tamiles.

 

04/02/2004
Política-Sri Lanka
Controvertida alianza

Una nueva alianza política entre el Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP), de la presidenta Chandrika Kumaratunga, y el Janata Vimuktui Peramuna (Frente Popular de Liberación, JVP), grupo político marxista con un pasado violento, avivó aún más las tensiones en el ya difícil panorama político de Sri Lanka.

El Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP) de la presidenta Chandrika Kumaratunga y el Janata Vimuktui Peramuna (Frente Popular de Liberación, JVP), de orientación marxista, firmaron un acuerdo para formar una nueva alianza política llamada Alianza por la Libertad del Pueblo Unido (ULFA), con el objetivo de hacer frente al proceso de paz con los grupos tamiles. El acuerdo puso más tensión al proceso de paz.


El pacto fue bien recibido por la mayoría cingalesa budista que habita Sri Lanka. Según ambas fuerzas, el proceso de paz y el acuerdo de alto al fuego firmado por los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y el primer ministro y rival político de Kumaratunga, Ranil Wickremesinghe, forman parte de una conspiración armada por Occidente para dividir la isla. El secretario general del JVP, Tilvin Silva, señaló que la alianza protegerá a Sri Lanka de "influencias perversas" extranjeras e impedirá que los extranjeros se apoderen de las riquezas del país.


El documento, firmado por la Alianza por la Libertad del Pueblo Unido, plantea objetivos sobre desarrollo económico, relación entre las distintas etnias y religiones del país, fortalecimiento de la democracia, cultura y relaciones exteriores. Con esta alianza Kamaratunga tendrá más fuerza para oponerse al Frente Nacional Democrático Unido, del primer ministro Ranil Wickremesinghe, con quien tiene serias discrepancias acerca del proceso de paz con el LTTE.


Poco más de 70% de la población de Sri Lanka pertenece a la etnia cingalesa -budistas- y 18% son tamiles, procedentes del sur de India, practican el hinduismo y habitan la parte norte de la isla. El conflicto tamil-cingalés se remonta a la primera mitad del siglo XX. Desde ese momento la lucha por la independencia del "territorio" tamil de Sri Lanka ha sido, practicamente, constante.


El JVP se levantó en armas en dos ocasiones, en 1971 y 1988, con el fin de instaurar un régimen nacionalista opuesto al capitalismo y a la influencia cultural de Occidente y contra cualquier tipo de concesiones a las minorías etnicas del país. Los levantamientos no tuvieron éxito; por el contrario, fueron violentamente reprimidos por el gobierno, dejando saldos de miles de muertos y otros tantos heridos.


La actual presidenta reconoce que el JVP tiene un pasado violento, pero, a su vez, admite que tienen una nueva política y un liderazgo joven dispuesto a adaptarse a los nuevos tiempos. "Ya la violencia y la lucha armada han quedado en el pasado", dijo Kumaratunga.


Varios analistas sostienen que la creación de la ULFA aumentará la incertidumbre política en el país, que vive un clima tenso desde noviembre de 2003, cuando Kumaratunga suspendió el parlamento por dos semanas y destituyó a dos ministros, como señal de rechazo a la forma en que Wickremesinghe estaba manejando el proceso de paz con los tigres tamiles.


La comunidad cingalesa budista teme ser dejada de lado en el marco del proceso de paz con los rebeldes tamiles, algo que Kamaratunga ha subrayado en sus reiterados enfrentamientos con Wickremesinghe. A su vez, los cingaleses más conservadores acusan al primer ministro de ignorar sus demandas contra las iglesias cristianas fundamentalistas.


Para ganar en los comicios de 2006, la ULFA deberá tomar posturas claras sobre asuntos clave para los cingaleses, como las negociaciones con los tamiles, y la actividad de iglesias cristianas fundamentalistas, que están logrando la conversión de muchos budistas, señalaron expertos.


En un estudio presentado a la opinión pública días atrás, se develó que la mayoría de la población de Sri Lanka, exceptuando a los tamiles, no demuestra interés por el proceso de paz. Según el estudio, la mayoría de la población cingalesa no considera que el proceso de paz pueda llegar a incidir en su calidad de vida.





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