También la cantidad de inmigrantes admitidos de forma legal cada año como porcentaje de la población, la ayuda a los refugiados, el aporte a operaciones internacionales de mantenimiento de la paz, la emisión de gases invernadero y el consumo por persona de sustancias que dañan la capa de ozono fueron variables incluidas por el índice.
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30/04/2003
Ayuda al desarrollo
Nuevo informe: Las responsabilidades del mundo rico en la economía
Holanda, Dinamarca y Portugal son los países que más alto ranquearon en el Índice de Compromiso con el Desarrollo publicado por Foreign Policy. Japón y Estados Unidos -en términos absolutos, los que brindan mayor asistencia- se ubicaron últimos, por ser su ayuda de mala calidad. De los 58.000 millones de dólares suministrados al mundo pobre en carácter de asistencia bilateral en 2001, 45% debía ser gastado en productos y servicios del país donante.
Los resultados del
primer informe sobre el Índice de Compromiso
con el Desarrollo, publicados por la revista Foreign Policy
de la Fundación Carnegie, además de señalar
que Holanda, Dinamarca y Portugal son los países del mundo
rico que más ayudan a las naciones pobres, otorgó
un alto puntaje al esfuerzo de Nueva Zelanda y Suiza por alentar
el avance de los países pobres.
Japón y Estados
Unidos, en tanto, se ubicaron respectivamente en el último
y penúltimo puesto de la lista de 21 países, a pesar
de que ambas naciones cuentan con los mayores programas de asistencia
exterior del mundo en términos absolutos. Sin embargo,
los expertos los consideraron de mala calidad.
El único miembro
del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos del
mundo que figura entre los 10 primeros puestos de la lista publicada
por Foreign Policy
fue Alemania. Los restantes seis se ubicaron más
allá del décimo lugar: Gran Bretaña en el
undécimo, Francia en el catorceavo, Italia décimoquinto,
Canadá décimo octavo. Los últimos, como ya
se señaló, fueron Estados Unidos y Japón.
Según el informe
de Foreign Policy, los países del G-7 distan de
ser líderes. “Por su gran tamaño, los G-7,
que concentran más comercio, más asistencia, más
mantenimiento de la paz y más contaminación que
ningún otro grupo de naciones y “tienen el mayor poder
para ayudar a las naciones en desarrollo”, son los últimos
-con excepción de Alemania-, en utilizar su enorme potencial”.
Subrayando este concepto,
Moises Naim, jefe de redacción de Foreign Policy,
señaló que los países del G-7 “no se comprometen
realmente con políticas que de verdad puedan ayudar al
mundo en desarrollo”.
Las variables empleadas
El informe asignó un máximo de 10 puntos a seis categorías de políticas
impulsadas por los países ricos que afectan a los pobres
del mundo: asistencia, comercio, inversión, inmigración,
mantenimiento de la paz y ambiente. Posteriormente, se realizó
un cálculo del promedio. El puntaje asignado a la asistencia
se basaba, por ejemplo, sobre el monto que el país estimado
daba a los países pobres como porcentaje del producto interno
bruto (PIB). La calidad de la ayuda se mide determinando qué
porcentaje debe ser utilizado por el país asistido para
la compra de bienes y servicios del país donante, o en
costos administrativos.
Por ejemplo, Naim señaló
que los 58.000 millones de dólares suministrados al mundo
pobre en carácter de asistencia bilateral -incluida militar-
en 2001, 45% debía ser gastado en productos y servicios
del país donante. Además, la ayuda a los países
más pobres recibía mayor puntaje que la ayuda a
países relativamente más ricos. Así, la asistencia
que brinda Estados Unidos a Israel, no fue computada, mientras
la que beneficiaba a países de África subsahariana
mereció más puntaje que la destinada a Rusia.
Fueron
consideradas por el informe las barreras impuestas por los países
ricos a las exportaciones de los pobres y las cantidades que efectivamente
importadas desde esos países. Puntos extra se le otorgaron
a los países ricos que importaban más que los países
pobres. Asimismo, se reconocían con mayor puntaje las compras
de productos manufacturados, con mayor valor agregado que los
básicos.
El informe publicado por Foreign Policy midió las inversiones directas en el mundo pobre como porcentaje
respecto del PIB de las naciones ricas. Incluyó, asimismo,
la percepción de corrupción en esos países,
de acuerdo con los informes de la organización no gubernamental
Transparencia Internacional.
También fueron
variables incluidas por el índice la cantidad de inmigrantes
admitidos de forma legal cada año como porcentaje de la
población, la ayuda a los refugiados, el aporte a operaciones
internacionales de mantenimiento de la paz, la emisión
de gases invernadero y el consumo por persona de sustancias que
dañan la capa de ozono.
Holanda logró
un promedio entre los seis ítems de 5,6 puntos, mientras
Japón, el más bajo en la lista, tuvo 2,4 puntos.
Estados Unidos, en tanto, recibió 2,6. Si bien Estados
Unidos y Japón son los países que, en términos
absolutos, brindan mayor asistencia, el porcentaje de la ayuda
de Estados Unidos respecto del PIB fue la peor entre los donantes;
la “calidad” de la asistencia fue considerada
mala en ambos casos. El 80% de los recursos aportados al mundo
pobre con la gubernamental Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID) son utilizados para que los países
de destino compren bienes y servicios estadounidenses. Donde Estados
Unidos obtuvo el mejor puntaje fue en el rubro comercio: 7,7 puntos.
Su mal desempeño en rubros como ambiente, mantenimiento
de la paz y asistencia redujeron su promedio general.
Noruega, considerado
junto con otros países nórdicos europeos como líder
en ayuda al mundo pobre, se ubicó en el lugar 10. Su puntaje
se redujo considerablemente debido a las barreras comerciales
que impuso a las exportaciones del mundo en desarrollo; estas
barreras fueron las peores de las 21 naciones ricas analizadas.
Por su parte, Suiza
fue considerada el país con mejor política de inmigración,
debido a su programa de admisión temporaria de trabajadores
extranjeros.
Nancy Birdsall, presidenta
del Centro para el Desarrollo Mundial, afirmó que este
nuevo índice debería promover una discusión
más amplia respecto al papel de los países ricos
en la reducción de la pobreza. ”Por fin un índice
se concentra sobre las responsabilidades del mundo rico en la
economía global”, señaló.
Ayuda y compromiso
Al respecto, cabe agregar que otros estudios, como el realizado en el Informe 2003 de Social Watch, publicado en enero de este año, señaló que la mayor parte de los países donantes han presentado retrocesos entre 1990 y 2001 en el porcentaje de PIB adjudicado a la ayuda externa; Noruega, Holanda y Suecia, aun cuando disminuyeron su aporte, todavía mantienen su nivel de ayuda por encima del 0,7% comprometido. Dinamarca también se mantiene por encima de este nivel y aumentó su aporte en referencia a lo aportado en 1990. Luxemburgo se destaca por un aumento sustantivo en la ayuda ofrecida entre 1990 y 2001 y supera en el porcentaje estipulado por el compromiso.
En general, según Social Watch, los países que han cumplido el compromiso lo continúan haciendo a pesar ciertas variaciones en los porcentajes observados al interior del período. Y por otro lado, los países que experimentaron retrocesos son gobiernos que nunca han cumplido el compromiso a lo largo del período 1990-2001.
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