Un país en bancarrota elige nuevo presidente Con un país al borde de la parálisis económica, Nicanor Duarte Frutos, jefe del gobernante Partido Colorado, asumirá la presidencia de Paraguay tras imponerse en las elecciones de abril. Si bien la Constitución paraguaya establece el 15 de agosto como fecha de asunción del gobierno electo, Duarte Frutos pretende ocupar la presidencia antes, el 14 o 15 de mayo, coincidiendo con las celebraciones de la independencia del país, que atraviesa hoy la peor crisis económica de su historia. Abogado y ex
periodista de 46 años, nacido en el seno de una familia de trabajadores,
Nicanor Duarte Frutos fue afiliado por su padre al Partido Colorado a la edad
de 14 años y, tras vencer con un 37,30 % de los votos, dejando
atrás por varios cuerpos a los demás candidatos, Duarte
Frutos aseguró un nuevo periodo de gobierno del Partido Colorado, en el poder
desde 1947. Los lejanos opositores alcanzaron la siguiente votación: Julio
César Franco, del socialdemócrata Partido Liberal Radical Auténtico, 23%;
Pedro
Fadul, del centroderechista Patria Querida, 22%; en
tanto
Guillermo Sánchez Guffanti, de la derechista Unión Nacional de Colorados
Eticos, desprendimiento del coloradismo liderado por el ex general golpista
Lino Oviedo, requerido por la justicia paraguaya y exiliado en Brasil, 12,95%. Medidas para un panorama económico calamitoso Al anunciar su
victoria electoral, Duarte -quien comenzó su actuación en la
vida pública como cronista en un diario
de Asunción en 1981, y diez años más tarde, en 1991, fue designado Ministro de
Educación-
dejó entrever que llamará a crear una mesa de concertación con las fuerzas
opositoras. En una subsiguiente conferencia de prensa, adelantó algunas medidas
económicas de su futura administración; pidió, además, que el actual gobierno
se prive de adoptar disposiciones administrativas que no hayan sido consultadas
con los asesores del futuro mandatario. La economía de Paraguay,
uno de los países más pobres de América, depende sobremanera de la agricultura
y es notoria por el contrabando. La organización Transparencia Internacional ha
rankeado a Parguay entre los países más corruptos del mundo. Por otra parte, el
novel presidente, quien en 2001 fue elegido jefe de su partido, prometió mano
firme a la hora de gobernar y limpiar la administración pública. "Se
acabaron los días en que ser miembro del partido colorado servían para servirse
del estado. Vamos a sanear las aduanas y asegurar que todos paguen sus
impuestos", agregando su intención de ordenar la intervención de varios
organismos públicos salpicados por denuncias de corrupción (además de la
Dirección General de Aduanas, la Administración Nacional de Puertos y el Viceministerio de Tributación, el Instituto
de Previsión Social, el Banco Nacional de Fomento, entre otros). Según los
anuncios de Duarte, estas intervenciones permitirán, por otra parte, activar un
plan para aumentar las recaudaciones impositivas, que se vería complementado
con una férrea política de control de la evasión fiscal. Sin
embargo, según los opositores al Partido Colorado, no obstante sus
declaraciones, Duarte Frutos ha protegido a políticos corruptos. El vencedor de
los comicios asumirá dentro de un marco económico calamitoso: el desempleo
afecta a 15% de la población económicamente activa y el subempleo a 22%,
mientras 40% tiene algún problema laboral. De los seis millones de habitantes
el 34% vive en la pobreza. Por otra parte El PIB se contrajo 2,7% en 2002; si
bien las autoridades prevén un incremento de entre uno y dos puntos para este
año, el Fondo Monetario Internacional pronostica una nueva caída, de 1%. En
tanto, a febrero, la morosidad bancaria privada llegaba a 22% y la pública a
50%; a marzo. En 2002, la inflación acumulada fue de 7,1%, el déficit fiscal
llegó a 140 millones de dólares en 2002 y, según el Banco Central, el déficit
de la balanza comercial alcanzó los 606,7 millones. Entre otras
rápidas medidas, Duarte Frutos señaló que viajará a Washington para dialogar
con los organismos financieros multilaterales, buscando renegociar los
vencimientos de la deuda externa, que en febrero alcanzaba los 2.312 millones
de dólares, y gestionar un régimen de excepción similar al otorgado a Bolivia.
Asimismo, piensa solicitar un crédito de 500 millones de dólares para construir
obras viales. En el oscuro
marco económico, uno de los pocos indicadores favorables es de las reservas
monetarias, que aumentaron entre diciembre del año pasado y el 22 de abril de
este año, de 646 millones a 732 millones de dólares. Sin embargo, según analistas, en caso de que el Tesoro consiga
financiamiento para cumplir con los pagos de la deuda externa, el peso
paraguayo caería entre 10 y 15% frente al dólar y, según algunos, en caso de no
obtener Duarte Frutos el financiamiento necesario, la inflación acumulada a
diciembre alcanzaría, como mínimo, el 25% y, entonces, el peso paraguayo caería
al menos 20%. Paraguay se encuentra en mora con respecto al pago de intereses de algunos compromisos y, entre diciembre de 2002 y febrero de este año, la deuda creció de 2.283 a 2.312 millones de dólares. Las autoridades del Tesoro han realizado constantes pedidos a la hidroeléctrica Itaipú, que Paraguay comparte con Brasil, para que adelante regalías por usufructo de aguas. El crecimiento de la deuda interna pública y del déficit fiscal, aunado a la amenaza de un inminente default o cese de pagos de la deuda externa y el constante crecimiento del déficit fiscal, auguran un panorama más que sombrío. Por otra parte, el aumento de salarios de 35% prometido por Duarte Frutos a los empleados públicos (según el derrotado Fadul, el recién electo presidente se ha beneficiado del “uso de la maquinaria estatal” para influir a los empleados estatales y sus familias, que componen el 40% del electorado”), más la aprobación parlamentaria de la emisión de bonos del Estado por 45 millones de dólares, que se destinarán a pagar expropiaciones de tierras, podría colocar el déficit fiscal de 2003 en el 4% del PIB. No al cambio En tanto, en
elecciones recientes, otros electorados latinoamericanos han respondido a las
crisis económicas rechazando a los grupos políticos atrincherados en el poder,
los paraguayos han mantenido su voto al Partido Colorado, que gobierna desde
hace 60 años, ya sea como gobierno civil o alineado a décadas de dictadura del
general Alfredo Stroessner. Los graves problemas económicos y
sociales, esta vez, no alteraron la tranquilidad de los comicios, que
transcurrieron con total normalidad. Fue ésta una nota saliente y contrastante
con la historia electoral reciente en Paraguay, saturada de incidentes,
denuncias de fraude, asesinatos e intentos de golpe de estado, que ha marcado
el pasaje de la dictadura del general Stroessner -derrocado en un golpe de
estado- al gobierno civil. Si bien la
Carta Magna de junio de 1992 sustituyó a la elaborada en 1967 por Stroessner,
los presidentes de la República, la Corte Suprema y el Congreso no asistieron
al acto de promulgación de la nueva Constitución, que incluía amplias
disposiciones para la protección de los derechos humanos y prohibía la pena de
muerte para los delitos comunes. En tanto, las reiteradas denuncias de
corrupción generalizada dentro de las fuerzas armadas, tráfico de drogas
incluido, llevaron al inicio de investigaciones y se llegó a dictar órdenes de
detención contra importantes generales, entre ellos el comandante en jefe del
Ejército. Las elecciones
del 10 de mayo, con Oviedo en prisión, dieron 46,8% de los votos para la
fórmula del Partido Colorado, Raúl Cubas-Luis María Argaña, contra 38,2% para
la Alianza Democrática de Laíno y Filizzola. Una de las primeras medidas del
nuevo presidente fue la liberación de Oviedo pero, en diciembre, la Suprema
Corte de Justicia dictaminó que la misma había sido inconstitucional y que
debía volver a prisión, lo que desencadenó una serie de enfrentamientos entre
partidarios y opositores al gobierno de Cubas. En marzo de 1999 el parlamento
se aprestaba a votar el juicio político al presidente. Pero el día 23
desconocidos uniformados asesinaron al vicepresidente Argaña. Después de casi
una semana de choques en las calles de la capital, Asunción, Cubas renunció y
se refugió en Brasil, mientras Oviedo consiguió un salvoconducto para huir
hacia Argentina. El presidente del Congreso, Luis González Macchi, asumió la
presidencia el día 28 y formó un gabinete integrado por colorados y opositores.
Una sentencia de la Suprema Corte permitió que González Macchi se hiciera cargo
por todo el período que correspondía a su predecesor, lo que lo habilitó a
permanecer como presidente hasta 2003. |
Instituto del Tercer Mundo - Guía del Mundo Juan D. Jackson 1136, Montevideo 11200, Uruguay Phone: ++598 (2) 419 6192; Fax: ++598 (2) 411 9222 mail: guiatmchasque.net
|